Revolución en las formas de consumo
La tecnología es quien acompaña y alimenta cada uno de los puntos mencionados y una de las principales fuentes de revolución a la hora de hablar de formas de consumo.
El comercio electrónico se ha convertido en una de las principales formas de comprar y vender productos y servicios, dado al impresionante crecimiento que experimentó en las últimas décadas.
Hasta el momento, el mundo e-commerce es el que ha presentado los factores que impulsan y acompañan esta progresión, pero promete expandirse y crecer aún más en los próximos años.
- Seguridad en las transacciones: las medidas de seguridad en línea aumentan más que en ningún otro lado, y esto hace que los consumidores se sientan cada vez más seguros al elegir cualquier medio de pago electrónico.
- Experiencia: brinda la posibilidad de acceder a productos y servicios desde cualquier lugar del mundo, en cualquier momento del día y desde cualquier dispositivo.
- Oferta y variedad: el espacio físico dejó de ser un problema para los vendedores, ya que el comercio electrónico permite tiene la libertad de ofrecer mayor cantidad y variedad de productos e incluso trabajar a pedido de los consumidores.
- Precios competitivos: los minoristas en línea pueden ofrecer diferenciales en el valor de los productos si la persona se acerca a la tienda.
- Logística y entrega: día a día el comercio electrónico ha mejorado ampliamente en la velocidad y fiabilidad de entrega de los productos, un punto que, sin dudas, fomenta su crecimiento.
¿Cómo aporta la tecnología a estos factores?
La tecnología es quien nutre cada uno de los puntos y una de las principales fuentes de revolución a la hora de hablar de formas de consumo.
- Acceso: las plataformas de e-commerce se han optimizado para que los minoristas cuenten con más herramientas a la hora de crear, administrar y personalizar su página.
- Seguridad y privacidad: la seguridad en las transacciones aumenta a partir de la implementación de medidas de seguridad como el cifrado de datos, la autenticación de dos factores y detección de fraude. Además se ha mejorado en la privacidad de los consumidores al garantizarles protección y seguridad de datos.
- Experiencia: los minoristas ahora cuentan con atención personalizada al poder recopilar datos de los clientes y utilizarlos para personalizar la experiencia de compra, incluyendo recomendaciones de servicios, productos y ofertas basadas en el historial de cada consumidor.
- Logística y entrega: se reconoce una alta optimización en este punto por las posibilidades de seguimiento en tiempo real, para los vendedores, y así mejorar la eficiencia.
- Datos: a partir de la recopilación y análisis de datos obtenidos los minoristas pueden entender mejor el comportamiento de los usuarios y optimizar sus estrategias de venta.
- Automatización: el automatizar procesos como la gestión de inventarios, la facturación y la atención al cliente permite reducir costos y aumentar la productividad.
Estos puntos continúan en el camino de la optimización y revolucionando las formas de consumo.
El crecimiento del comercio electrónico se ve proyectado en mercados emergentes y representa grandes atractivos que traspasan fronteras y posibilidades seguras para comerciantes y consumidores. Según FIS (empresa líder en tecnología de pagos), durante los próximos tres años se espera un aumento del 21%, sólo en Argentina.