¿Qué es el débito automático?
Cuando hablamos del débito automático nos referimos a una forma de abonar servicios que no necesita de nuestra intervención, como pagadores, continuamente ya que basta con autorizar por única vez para que se ejecute por medio de nuestra cuenta bancaria (CBU), tarjeta de crédito o tarjeta de débito, de forma mensual.
Para el funcionamiento del débito automático se necesitan dos jugadores esenciales: una persona que decida abonar por este medio y una entidad que reciba el dinero y preste algo a cambio de ello. Este método de pago presenta beneficios para ambos, en principio el usuario se despreocupa del vencimiento de pago logrando estar al día y, en segundo lugar, la organización reduce las tasas de morosidad, logra automatizar procesos administrativos y regularizar su cobranza en general.
Ahora bien, existen otros métodos de pago como el efectivo, transferencia bancaria, pagos online, etc, que al contrario del débito automático, dependen en su totalidad del cliente para efectivizar y se transforman en ideales para e-commerces, comercios, servicios puntuales, etc. Pero si hablamos de organizaciones que requieren de un cobro recurrente como instituciones educativas, organismos públicos, ONGS, compañías de seguros, proveedores de servicio, entre otros, el débito automático es su principal aliado.
Nos encontramos en un mundo con múltiples métodos de pago que, sin dudas, cada uno presenta sus ventajas y desventajas para cada tipo de empresa, producto o servicio y sus clientes. Pero si nuestro foco está en cobrar pagos recurrentes y automatizar el servicio del débito automático es la opción indiscutida.